Tenías que ser tú, de Susan Elizabeth Phillips

· Título: Tenías que ser tú
· Título original: It had to be you
· Saga: Chicago Stars

1. Tenías que ser tú
2. Heaven, Texas
3. Sólo mío
4. Apenas un sueño
5. Este corazón mío
6. Cázame si puedes
7. Nacida para seducir

· Autor: Susan Elizabeth Phillips
· Traductor: María José Losada Rey y Rufina Moreno Ceballos
· Editorial: Vergara
· Fecha de publicación: abril 2008
· Páginas: 412
· Páginas web de interés:

página web de Susan Elizabeth Phillips (en inglés) 

· Sinopsis:

Chicago, "la ciudad del viento", no está preparada para Phoebe Somerville, el bombón más escandaloso y curvilíneo de Nueva York, que acaba de heredar el equipo de fútbol de los Chicago Stars. Y Phoebe no está preparada en absoluto para el entrenador estrella de los Stars, Dan Calebow, dorada y salvaje leyenda viva de Alabama. Dan es todo lo que Phoebe aborrece: un machista intransigente con una sola idea en la cabeza. Y la nueva y bella jefa es todo lo que Dan desprecia: una niña bien sin dos dedos de frente. ¿Por qué, entonces, se siente atraído por ella como un misil teledirigido? Y ¿por qué el encanto de niño bueno de Dan hace que la cosmopolita Phoebe se sienta torpe, tímida y extrañamente asustada? De pronto hay mucho más que la liga en juego. Porque la pasión es el nombre del partido, y hay dos tercos jugadores dispuestos a ganar.

 
· Reseña:
 
Phoebe es una despampanante y curvilínea mujer de treintaitrés años que, tras el funeral de su padre –con el que nunca se había llevado bien–, descubre que ha heredado el equipo de fútbol Chicago Stars. Phoebe no solo aborrece y desconoce por completo el mundo y la jerga del fútbol, sino que además se verá a obligada a tratar con el imponente y sexista jefe de entrenadores, Dan Calebow.

Tenías que ser tú es el segundo libro que leo de Susan Elizabeth Phillips y, una vez más, me postro ante sus pies. Nuevamente me ha proporcionado una lectura entretenidísima con la que he reído largo rato, pero con la que también he tenido el corazón en un puño en alguna que otra ocasión.

Phoebe y Dan no podrían ser más opuestos. Imaginaos cuando, en el primer capítulo, la autora nos sitúa en el entierro del detestable padre de Phoebe y nos la presenta con su traje chaqueta de vistosos complementos dorados, gafas con diamantes de imitación y su caniche (Pooh) con un lazo en cada oreja. Además, se nos hace saber su aparentemente larguísimo historial de amantes y demuestra no tener dos dedos de frente. Dan la define como una ‹‹rubia tonta›› y, ciertamente, esa es la impresión que da. Os podéis imaginar el odio que despertará en Dan cuando Phoebe decida desentenderse por completo del equipo. Os puedo asegurar que en algunos momentos temí por la seguridad de Phoebe.

−Debe prometerme, entrenador, que no la lastimará.
−Lo prometo.
−Lo ha dicho demasiado rápido para mi gusto. La verdad es que no le creo.
−Soy un hombre de palabra, y le prometo que no la lastimaré. −Flexionó las manos−. Cuando la asesine, lo haré tan rápido que no sentirá nada.

Pero Dan no deja una impresión mejor, al principio. En sus años como quarterback había sido un jugador muy ofensivo y peligroso, también conocido por sus continuas juergas nocturnas. Ahora, a sus treintaisiete años, es un entrenador imponente, inflexible, mandón y machista. Vamos, todo lo que Phoebe aborrece en un hombre. Y, sin embargo, entre ellos saltará irremediablemente la chispa.

También el lector irá conociéndolos poco a poco y descubrirá que Phoebe no es la rubia tonta que nos presentan y Dan no es el machista inflexible que aparenta. Aparte de la pareja protagonista, la autora nos presentará a un amplísimo abanico de personajes, entre los que destacaré a Ron; Molly, la adolescente hermanastra de Phoebe; y, por supuesto, a los jugadores de los Stars. De los jugadores me quedo sin duda alguna con Bobby Tom (♥), que (para alegría de una servidora) será el protagonista del próximo libro de la serie Chicago Stars: Heaven, Texas.

Honestamente, tenía las expectativas muy altas con este libro y, sin embargo, no me ha desilusionado en absoluto. Tenías que ser tú es de esos libros que no puedes dejar de leer, te indignas cuando te ves obligado a separarte de él y echas de menos una vez has llegado al final. Es divertido, ágil, y cuenta con diálogos chispeantes; pero también tiene esos enredos y malentendidos que llegan a exasperar, y algunas escenas que te dejarán con el corazón en un puño (sobre todo hacia el final del libro). Además, Susan Elizabeth Phillips nos introduce en el mundo del fútbol americano sin que el lector se pierda o se sienta desorientado entre toda esa jerga, algo que me parece una gran proeza.

En resumen, a pesar de mis altísimas expectativas, Tenías que ser tú no me ha desilusionado ni un pelín. Ágil y divertida, me ha ofrecido una lectura adictiva que recordaré con mucho cariño. Si os gusta la Romántica Adulta, tenéis que darle una oportunidad, merece la pena.