Where she went, de Gayle Forman

ATENCIÓN: esta reseña puede contener spoilers de Si decido quedarme

· Título original: Where she went
· Saga: Si decido quedarme

1. Si decido quedarme
2. Where she went (2011 en inglés)

· Autor: Gayle Forman
· Editorial: Dutton Books
· Fecha de publicación: primavera de 2011
· Páginas: 260
· Páginas web de interés:

• página web de Gayle Forman (en inglés)

· Sinopsis:

Han pasado tres años desde que el amor de Adam salvó a Mia tras el accidente que destruyó su vida tal y como la había conocido hasta entonces… y tres años desde que Mia abandonó la vida de Adam para siempre.
 
Ahora viven en costas opuestas de Estados Unidos: Mia es una prometedora estrella de Juilliard y Adam es la diana de la prensa sensacionalista gracias a su nueva vida como estrella del rock y a su novia famosa. Cuando Adam se encuentre tirado él solo en Nueva York, la casualidad llevará a la pareja a reencontrarse para una última noche. Mientras exploran la ciudad que se ha convertido en el hogar de Mia, ambos revivirán el pasado y abrirán su corazón al futuro…

 
· Reseña:

Where she went nos sitúa en Nueva York tres años después de los sucesos de Si decido quedarme. El lector se encuentra cara a cara con un Adam diferente: descubrimos que perdió el contacto con Mia, que su banda de rock triunfó y ahora es una celebridad perseguida por los paparazzis que vive en Los Angeles, en una lujosa casa junto a su también ultra famosa novia. Su vida podría parecer de ensueño, al fin y al cabo tiene todo lo que unos años atrás hubiera deseado, pero Adam vive atormentado por el pasado. Sin embargo, parece que el Destino le tiene guardada una sorpresa: en un viaje a Nueva York, tendrá la oportunidad de volverla a ver, a ella.

Mientras leía este libro tenía una sensación extraña. Por un lado, se me antojó raro encontrarme con esos personajes que tanto cariño me despertaron en Si decido quedarme y ver que la vida no les deparó ese final feliz que todos esperábamos. El ejemplo más claro de ello es Adam –que en esta ocasión será nuestro narrador–, cuya única motivación al levantarse cada mañana es que el día pase lo más rápido posible. Es la misma sensación que tienes cuando encuentras a un conocido tras mucho tiempo sin verle y descubres cuánto ha cambiado todo, y a pesar de que reconoces a la persona que habías conocido años atrás, en cierto modo te encuentras cara a cara con un desconocido.

Por otro lado, más que leer un libro independiente al primero, no podía quitarme la sensación de estar leyendo una especie de epílogo. Un epílogo largo, sí, pero un epílogo al fin y al cabo. Quizá se deba a que Where she went no tiene demasiada trama, el libro se centra única y exclusivamente en Adam: en sus recuerdos del accidente de Mia, de cuando le dieron el alta y cómo fue su vida hasta que se separaron… y su vida después de la separación; también de sus reflexiones sobre su vida actual, sus miedos y sus anhelos.

En este libro Gayle Forman alterna capítulos del presente con recuerdos; y aunque su pluma sigue siendo una delicia, debo reconocer que la historia pierde frescura. Los protagonistas se vuelven un tanto repetitivos, se contradicen… y, sin embargo, eso no hace sino otorgarle más realismo, porque ¿a caso los humanos no nos contradecimos continuamente?

Quizá no me haya emocionado tanto como el primero, pero la verdad es que Gayle Forman no decepciona: una historia muy sencilla, pero también muy, muy sentimental. Where she went es una historia que habla de despedidas, de respuestas, de segundas oportunidades y de cómo reencaminar una vida.

Mi primer impulso no es abrazarla, besarla o gritarle. Solo quiero tocar su mejilla, que todavía está sonrosada por la actuación de la noche. Quiero acortar el espacio que nos separa, apenas unos pasos —no kilómetros, ni continentes, ni años— y rozar su mejilla con uno de mis dedos llenos de callos. Quiero tocarla para cerciorarme de que es realmente ella, no uno de esos sueños que solía tener tan a menudo tras su marcha y en los que la podía ver tan nítida como el día; y cuando estaba preparado para besarla y acercarla a mí, despertaba y Mia volvía a estar fuera de mi alcance.
Pero no puedo tocarla. Ya no tengo ese privilegio.