Agua para elefantes, de Sara Gruen

· Título: Agua para elefantes
· Título original: Water for elephants
· Saga: libro independiente
· Autor: Sara Gruen
· Traductor: Manu Berástegui
· Editorial: Alfaguara
· Fecha de publicación: 2006
· Páginas: 459
· Páginas web de interés:

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· Sinopsis:

Cuando el joven Jacob pierde todo, incluso su familia y su futuro, y el mundo entero parece al borde del abismo en los difíciles años treinta, se aventura en un circo ambulante para trabajar como veterinario. Transcurren años de penuria y crueldad, pero también de ensueño y plenitud: en el deslumbrante espectáculo de los hermanos Benzini, las emociones más profundas surgen cuando se cruzan los destinos de un hombre una mujer y la elefanta Rosie bajo la carpa del circo.
 
Sara Gruen ha escrito una novela aclamada por millones de libreros y lectores en todo el mundo. Pasen y vean: romance, lucha, asesinato, tragedia y humor integran esta gran función que conmueve y asombra por igual.

 
· Reseña:

Agua para elefantes llegó a mis manos con una retahíla de recomendaciones precediéndola y, aún así, no sabía qué esperar de ella. Me sorprendió. Para bien. De este libro esperaba una historia de amor diferente y, cual ha sido mi sorpresa, al encontrarme con que el romance no es más que un segundo plato en este libro. Hay amor, por supuesto, está presente en todo el libro, se huele y se oye como una canción de fondo, pero no lleva el peso de la historia. De hecho, ni siquiera encontramos una de esas historias de amor inolvidables. Agua para elefantes es una historia muy humana que nos cuenta la evolución de un joven tras un giro violento en su vida.

La narración es en primera persona y corre a cuenta del protagonista, Jacob. Este tipo de enfoque es un tanto arriesgado, ya que corres el peligro de entrar en la cabeza de alguien insoportable. Por suerte, en algunas ocasiones te encuentras con un anfitrión memorable, y ese ha sido mi caso con Jacob Jankowski. Me lo he creído  y me ha parecido un personaje muy real, con sus errores y sus preocupaciones y, sobre todo, con una notable evolución a lo largo de la historia. Pero más que el Jacob joven, con el que he disfrutado verdaderamente es con el Jacob anciano. He reído con sus rabietas y me he emocionado con algunas de sus reflexiones; vaya, que le he cogido mucho, mucho cariño. Junto a él, Sara Gruen llevará al lector a reflexionar sobre la vida, la muerte y la vejez. Los demás personajes no alcanzan el mismo nivel de profundidad, pero quedan bien perfilados y regalan un set de secundarios de lo más interesante. 

Aparte de su protagonista, el otro plus de la historia es la ambientación: un circo de los de antes. En Agua para elefantes el lector se ve sumergido en la vida circense tras las bambalinas: la vida en el tren, los animales exóticos, los diferentes rangos entre sus trabajadores… Además, Sara Gruen nos muestra que en el mundo del circo no todo son luces y colores: hay peligros y traiciones. No puedes relajarte ni un momento. Y, a pesar de todo, también regala momentos de lo más tiernos, entre los que cabe destacar los relacionados con Rosie o Bobo.

Quizás el fallo de esta novela es que, a mi parecer, le falta magnetismo. La historia lo tiene todo: grandes personajes, una ambientación de lo más atractiva, amor, pasión manchada de violencia, peligros… pero, no sé por qué, no me llegó a enganchar en ningún momento. Además, en algunos momentos se me antojó un tanto predecible y esperaba algo más del desenlace, que me dejó bastante fría.

Agua para elefantes es una lectura ligera que cumple con nota su principal objetivo: entretener. Una historia original y cautivadora que nos conducirá entre bambalinas a un mundo de pasiones y violencia.

No hablo mucho de aquellos días. Nunca lo he hecho. No sé por qué. Trabajé en el circo cerca de siete años y si eso no es tema de conversación, no sé qué lo será.

La verdad es que sí sé por qué: nunca he confiado en mí. Me daba miedo que se me escapara. Sabía lo importante que era guardar su secreto, y eso fue lo que hice… Durante el resto de su vida y aun después.

Nunca se lo he contado a nadie en setenta años.

· con la colaboración de Alfaguara ·