El círculo perfecto, de Moruena Estríngana

· Título: El círculo perfecto
· Saga: El reino del águila
· Autor: Moruena Estríngana
· Editorial: Ámbar
· Fecha de publicación: noviembre 2010
· Páginas: 400
· Páginas web de interés:

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· Sinopsis:

En un lugar donde la magia es un don y no un castigo, existe la leyenda de un joven encerrado en otro plano que vigila y espera a que alguien le libere y le dé la oportunidad de llevar a cabo la venganza que prometió a su difunto y asesinado padre.

Solo hay una persona que puede ayudarlo. Solo su alma gemela podrá salvarlo. Solo la que, a su lado, haga brillar el Círculo Perfecto. Cuando el pasado de un príncipe es tan oscuro que ya no siente nada en su frío pecho, Cuando la vida de una mágica chica está custodiada por los deseos de sus abuelos, Cuando todo parece desmoronarse, y se cree que no hay ninguna salida… …¿Puede el amor verdadero entibiar un corazón manchado por demasiada sangre y romper la prisión de una joven que no ha sabido nunca ser quien verdaderamente es? …¿Puede la unión del Círculo Perfecto romper todas las barreras? Evelyn, que ni siquiera creía en su propia magia, tendrá que descubrirlo...

· Reseña:

Abrí este libro con la promesa de encontrarme una historia de príncipes y princesas, magia, fantasía y amor por doquier; en este sentido, debo reconocer que la premisa inicial es de lo más curiosa: un príncipe del siglo XVI atrapado en el mundo actual.

–Si te apetece hacer algo, no esperes un buen momento. –Se acerca y me da un rápido y dulce beso en los labios–. Simplemente, hazlo.
–Eres…
–Tu príncipe azul –dice sonriendo.

Debo reconocer que si ha habido algo que no me ha gustado un pelo del libro, ese es su protagonista femenina. No he tragado a Evelyn, me ha parecido llorona y repetitiva hasta la saciedad: se pasa todo el libro lamentando sus desgracias familiares sin mover un dedo por intentar solucionarlas. Además, no deja de contradecirse a sí misma una y otra vez. Me pareció apreciar una evolución en ella a lo largo del libro, pero cuando por fin parece que empieza a tener sus momentos de lucidez… bueno, digamos simplemente que hacia el final del libro vuelve a caer en el saco de los casos perdidos. ¡Chica, espabila! En contraposición con Evelyn, Derek me ha parecido un buen personaje: no llora lo que le ha deparado el destino, lo acepta y lucha por aprovechar cada segundo que le queda junto a Evelyn.

Otro punto que me veo obligada a exponer es la necesidad urgente de una corrección: acentos mal puestos o, sencillamente, no puestos; exceso de comas (¡entre el sujeto y el verbo NO va coma! ¡Nunca! ¡Jamás!)…, hecho que me mosquea más si tenemos en cuenta de que esta ya es la segunda edición. Comentar también que la narración se precipita en algunos momentos y que algunos diálogos me han parecido un poco forzados.

A pesar de todo lo comentado anteriormente, también hay aspectos que me han sorprendido para bien. Me ha gustado el mundo que ha creado Moruena: me ha parecido original esa distinción entre el pueblo mágico y las ciudades, donde toda muestra de magia es terriblemente censurada. Me hubiera gustado que se hiciera más hincapié en ello, pero eso es una valoración puramente personal. Además, la relación entre los dos protagonistas se va forjando poco a poco y nos regala momentos verdaderamente dulces que harán las delicias de las más románticas.

Sobra decir que esta es una opinión puramente personal y que aunque a mí no me haya apasionado el libro, puede que a vosotros os encante. Quizás la poca simpatía que me ha despertado Evelyn ha hecho que no disfrute de la historia como podría haber hecho de otro modo; aún así, la autora ha sabido dejar un par de cabos sueltos que me han dejado lo suficientemente intrigada como para que le dé una segunda oportunidad a la saga en el segundo libro del Reino del águila, La maldición del círculo perfecto (además me he enterado de que la protagonista es otra chica, así que perfecto~). Señorita Moruena Estríngana, no pienso perderla de vista.

–¿Hay algo que te gustaría hacer en este mundo? –pregunto cambiando de tema.
–Tener un coche. –Miro a Derek asombrada, es lo último que hubiera esperado escuchar–. Que no te sorprenda tanto, muchacha. En mi época, no podíamos ni imaginar algo así. Tardábamos días en recorrer distancias que hoy hacéis en tan solo unas horas.
–Puede ser peligroso, si se va muy rápido.
–Tal vez eso sea lo que más me guste de él.
–¿No temes…?
–Hace años que dejé de temer. Para sentir algo así, es necesario querer desesperadamente estar vivo. Cuando no hay nada que te ate a este mundo, puedes mirar a los ojos a la muerte. No importa nada.

· con la colaboración de Ámbar ·