RESEÑA. Richelle Mead: Cantos de Súcubo

Título: Cantos de súcubo

Título original: Succubus Blues

Saga: Georgina Kincaid

            · Cantos de Súcubo

            · Succubus on Top

            · Succubus Dreams

            · Succubus Heat

            · Succubus Shadows

Autor: Richelle Mead

Traductor: Manuel de los Reyes

Editorial: Nabla Ediciones

Fecha de publicación: Febrero 2009

Páginas: 351

Sinopsis: Cuando se trata de trabajos infernales, ser un súcubo parece de lo más glamoroso. Una chica súcubo puede ser todo lo que se le antoje, su armario daría envidia a cualquiera y los hombres mortales harían lo que fuese por un simple roce suyo, aunque el precio a pagar... a menudo sea su alma.

Pero la vida de Georgina Kincaid, residente en Seattle, dista de ser tan exótica. Su jefe es un demonio de nivel de mando intermedio enganchado a las películas de John Cusack. Sus mejores amigos inmortales no dejan de tomarle el pelo a propósito de aquella vez que asumió la forma de la Diosa de los Demonios, látigo y alas incluidas. Y lo peor: no puede tener una cita decente sin que el chico sufra graves consecuencias...

Al menos cuenta con su trabajo diario en una librería de la localidad: libros gratis, todo el café con chocolate blanco que quiera y fácil acceso al atractivo autor de best-sellers Seth Mortensen, alias Aquel Que Daría Cualquier Cosa por Tocar pero No Puede.

Pero soñar con Seth deberá esperar. Algo turbio se trama en la escena demoníaca underground de Seattle. Y para variar, ni sus encantos ni sus frases lapidarias servirán de nada, pues Georgina está a punto de descubrir que hay algunas criaturas ahí fuera que no encajan ni en el cielo ni en el infierno…

Mi opinión:

Cuando se echa en falta una protagonista con carácter siempre se puede contar con Richelle Mead. Si ya os habéis enamorado de Rose Hathaway en Vampire Academy, no podréis resistiros al carisma y a la lengua afilada de Georgina Kincaid en Cantos de Súcubo, la primera parte de la saga Georgina Kincaid.

Una vez más, me quito el sombrero ante la autora y sus personajes, cada cual más carismático que el anterior. Georgina Kincaid es una súcubo hastiada de su esencia, que anhela poder amar sin dañar a la persona querida. Seductora por naturaleza, sensible por defecto, carácter fuerte, inteligente y de lengua afilada. Es una fan incondicional del famoso escritor Seth Mortensen, al que tendrá el honor de conocer en persona. Contra lo que Georgina esperaba de un maestro de las palabras como él, en persona es callado y tímido, distraído —y adorable— como él solo. Vamos, el típico hombre que pides cada año para Navidad, a ver si por casualidad cae envuelto en papel de regalo. Y después tenemos a Roman, libre de cualquier timidez. Tremendamente atractivo y seductor, pero además inteligente y con las ideas claras. (A éste pediríais que os lo regalaran por Navidad sin envoltorio alguno *ejem* Shh. ¿Quién ha dicho eso? Yo no~)

—Mátame, Doug. Mátame ahora mismo. Acaba con mi sufrimiento.

Inmortalidades aparte, el sentimiento era sincero.

—Dios, Kincaid, ¿pero qué le has dicho? —murmuró Doug.

Nos encontrábamos a un lado del público de Seth Mortensen, entre muchas otras personas. Todos los asientos estaban ocupados, lo que reducía el espacio y la visibilidad al mínimo. Tenía suerte de estar con el personal en nuestra sección reservada, desde la cual gozábamos de una vista perfecta de Seth mientras éste leía unas páginas de El pacto de Glasgow. Aunque yo no quería estar en su línea de visión. De hecho, preferiría no tener que volver a encontrarme cara a cara con él en la vida.

—Bueno —le dije a Doug, vigilando a Page de reojo por si le llamábamos la atención con nuestros susurros—, me metí con sus fans y con lo mucho que tardan en salir sus libros.

Doug se me quedó mirando, superadas con creces todas sus expectativas.

—Después le dije… sin saber quién era… que estaría dispuesta a convertirme en la esclava sexual de Seth Mortensen a cambio de ejemplares de avance de sus novelas.

En Cantos de súcubo encontraremos una gran mezcla de criaturas tales como súcubos, diablillos, demonios, vampiros… con personalidades de lo más variopintas; sólo hay que ver los compañeros inmortales de Georgina: el hastiado vampiro Peter, siempre preocupado por su aspecto, el vivaracho, alegre y adorable vampiro Cody, el diablillo Hugh, un jefe fanático de las películas de John Cusack (Jerome) y el ángel y compañero de copas de Jerome, Carter (al que le he ido cogiendo cariño conforme avanzaba la lectura).

Uno de los puntos fuertes de este libro (y de la autora) son los diálogos. Richelle Mead ha sabido crear unos diálogos ingeniosos, que le añaden gancho a esta novela. El estilo de la autora es sencillo y directo. Eso sí, hay que tener claro que este libro va dirigido a un público más adulto; la autora no se corta un pelo y hay en el libro escenas que lograrán ruborizar a aquellas mentes más sensibles (como la mía *risa nerviosa*). Quedáis avisados.

A pesar de que lo he disfrutado mucho, debo reconocer que Cantos de súcubo no cuenta con una gran historia; engancha y te mantiene en vilo hasta el final pero, a  pesar de eso, manca de espectacularidad y la mayoría de los giros son bastante previsibles. En definitva, es una novela fresca y sexy que te hará pasar un muy buen rato con unos personajes carismáticos y unos diálogos con chispa.