RESEÑA. Julia Hoban: Willow.

· Título: Willow

· Título original: Willow

· Autor: Julia Hoban

· Traductor: Sonia Real

· Editorial: juvenil ÁMBAR

· Páginas: 335

· Sinopsis:
(contraportada) Los padres de Willow murieron en un trágico accidente de coche, dejándola no solo con el dolor que supone enfrentarse a una pérdida sino también con el peso de la culpabilidad: ella era quien conducía.

Ocho meses después, su hermano mayor casi no le habla, cree que sus compañeros de clase la culpan por lo ocurrido y Willow se evade del sufrimiento con el que carga marcando todo su cuerpo con las heridas del pasado. Pero cuando un chico llamado Guy descubra su secreto, nacerá una intensa relación que conseguirá sacarla de ese mundo extraño que ella misma se ha formado.

—Pero tus padres son profes, ¿no? —Él rompe el silencio—. Tu padre es antropólogo y tu madre arqueóloga. Porque yo una vez fui...

—Están muertos. —Willow pronuncia las palabras con frialdad e indiferencia. Le gusta ver cómo se pone pálido Guy—. Muertos —repite para asegurarse de que le ha quedado claro—. Y yo los maté.

 

· Mi opinión:

Julia Hoban se ha arriesgado a tratar un tema tan arriesgado como es la automutilación, pero ha sabido hacerlo con delicadeza y maestría. He de reconocer que los primeros capítulos se me hicieron duros pero es que, en realidad, Willow es un libro duro (lo que me hace cuestionar si es realmente un libro juvenil) y con una carga emocional muy alta. Aún así, y contra todo pronóstico, esta es una historia optimista que ensalza la superación personal y el saber perdonarse a uno mismo.

Willow me ha parecido una muy buena protagonista. Vemos cómo no queda nada de la chica que solía ser del accidente: antes quedaba con sus amigas para ir de compras, hablar de chicos y sus mayores problemas eran sacar una mala nota en un examen o hacer el ridículo delante del chico que le gustaba. Ahora se ha vuelto distante y ausente, ya no sonríe y no se permite sentir nada. Eso cambiará con la aparición de Guy, un chico de su nuevo instituto, alegre y vivaracho que conseguirá sacarnos más de un suspiro —y más de dos y más de tres ♥—. Guy intentará convertirse en un salvador sin entender por qué Willow no quiere que la ayuden. La relación entre ambos avanzará y evolucionará de una manera muy natural, regalando al lector momentos muy tiernos.

He leído opiniones que critican el final y, sin embargo, he de reconocer que a mí me encantó. Queda un poco abierto, pero es que así es la vida: no hay puntos y aparte. La única crítica que puedo hacerle al libro es la necesidad de una corrección en la puntuación de los diálogos. En muchas ocasiones he tenido que releer todo un fragmento porque no sabía quién decía qué y esto entorpece bastante la lectura —lo que es una pena cuando tienes una joyita como ésta entre manos—. Y es por este motivo por el que no me he visto obligada a bajarle medio puntito. Una pena, la verdad.

En resumen, a pesar de que Willow trata una realidad tan dura como es la automutilación, finalmente es un drama optimista que se centra sobre todo en la superación personal de su protagonista.  

           

Algo que duele tanto no es que te haga sentir bien exactamente. Es más la sensación de que está bien, que es lo correcto. Y algo que está bien no puede ser malo. Tiene que ser bueno.

            Es bueno. Es mejor que bueno.