Top Ten Tuesday es una sección semanal que surgió en el blog The Broke and the Bookish. Dicho blog anuncia semanalmente un tema sobre el cual tendremos que elaborar nuestras listas. Es decir, cada martes deberemos hacer una lista sobre el tema que toque (esto lo podéis ir controlando aquí).
El tema de esta semana podría dar para mucho: imaginad si lo enfocásemos desde el punto de vista de las lecturas obligatorias del colegio. Já, tendría material y material del que reírme (o retraumatizarme). Sin embargo, no todas las lecturas que me mandaron leer resultaron ser algo catastrófico. Y además en este tema también debemos incluir a todos esos amigos que, con su entusiasmo, nos han llevado a leer un determinado libro.
- El príncipe de la niebla, de Carlos Ruíz Zafón. Cuando estaba en el colegio tuve la suerte de tener una profesora que tenía buen ojo a la hora de elegir nuestras lecturas. Este fue uno de sus aciertos.
- Rebeldes, de Susan E. Hinton. Y este fue otro de los aciertos de la misma profesora.
- Tirant lo Blanc (Tirante el Blanco en castellano), de Joanot Martorell. Dos veces me lo mandaron, una en el colegio y otra en el bachillerato, y en ninguna de las dos ocasiones pude acabarlo. Profesores del mundo: no os engañéis, aunque se trate de una novela caballeresca el 95% de los alumnos la aborrecerán hasta el infinito y más allá.
- Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura. Otro libro que me mandaron leer en el colegio (creo); sin embargo, a diferencia de Tirante el Blanco este lo disfruté muchísimo más. Gracias al humor absurdo que impregna sus páginas y a lo finito de la obra encontré en este una lectura más que amena.
- The Bad Beginning (primer título de A Series of Unfortunate Events), de Lemony Snicket. Una amiga casi me obligó a leer este libro, ¡y acertó!
- The 5th Wave, de Rick Yancey. Vale, técnicamente no me obligaron a leerlo. Pero deberíais haber visto con qué entusiasmo hablaban de este libro los de Molino. Tenían tanta fe en él que lograron contagiarme y me “obligaron” a comprarme el libro.
- Vida de Pi, de Yann Martel. Esto me lo mandaron leer cuando empecé la universidad. No supe disfrutarlo, aunque he de reconocer que cuenta con uno de los mejores desenlaces que he leído nunca.
Y a vosotros, ¿qué libros os han obligado a leer? ♥
¡Qué libros tan chulos te mandaban en el cole! Nosotros sólo leíamos clásicos y algunos para tirarse de los pelos, recuerdo con especial "cariño" una sección de El Quijote que tuvimos que leer, fue la única lectura del cole que nunca acabé ^^
ResponderEliminar¡Buenos días guapa!
ResponderEliminarCreo que todo el mundo alguna vez de su vida ha tenido que leer un libro por obligación. Yo era de los que no me quejaba de ello la verdad (como mis compañeros) porque me agradaba leer. Más adelante quizás me daba cuenta de que ese tipo de libros no eran lo mio pero nunca dejaba de leerlo por "pereza".
El único que coincido contigo es 'Tres sombreros de copa', nos mandaron leer en la ESO y como tu dices es entretenido gracias al humor que utiliza Mihura.
¡Muy buena entrada! Un abrazo enorme :)
Creo que todos tenemos un trauma con Tirant lo blanc. Uno de los peores libros que he leído en mi vida. Recuerdo que en bachillerato tuvimos que leer Solitud, de Víctor Català, todo el mundo lo abandono, era horrible. Pues en la universidad tuve que leerlo para hacer una trabajo. Fue una tortura.
ResponderEliminarCoincidimos con Tirant lo blanc, Rebeldes y Tres sombreros de copa. Rebeldes y Tres sombreros de copa me gustaron mucho, pero como dices, Tirant lo blanc se me hizo interminable.
ResponderEliminar¡Un besote!
Leí Rebeldes y El príncipe de la Niebla, los dos por mi cuenta. La mayor parte de mis lecturas obligatorias de la ESO ya las había leído de pequeña (yo nunca hice mucho caso del "A partir de x años") así que yo, en vez de sufrir los clásicos, quería que me los mandasen leer, jajaja. Ahora en 4º es cuando empiezan a mandarnos cosas un poco más adultas, por suerte. Con trece años yo ya tenía muy superados los libros de Roald Dahl xD
ResponderEliminarCoincido con La quinta ola, justo lo he terminado esta mañana. Había leído muy buenas críticas y eso me "obligo" a comprarlo. Tal vez iba con las expectativas demasiado altas porque me termino decepcionando...
ResponderEliminarUn beso
A mi me mandaron varios pero la mayoria me gustaron mucho jajaja
ResponderEliminarPues de los libros que me mandaron leer en el colegio hay de todo: una profe nos mandó leer el de "Diez negritos" de Agatha Christie y creo que fue ha sido y será una de las mejores lecturas obligadas que he tenido nunca, simplemente no podías parar de leer ù.u (la verdad es que es una pena que no me haya leido nada de Agatha después de ese :/). Luego he tenido muchas que no me han convencido para nada como "El misterio de la isla de tokland" (o algo así) que no me gustó y creo que no acabé de entender el final, y otros que creo que mi cerebro ha decidido olvidar para no traumarse :D
ResponderEliminarDe fuera del cole, hace muchos años una amiga me "obligó" a leerme el de El ladrón del rayo (el primero de los de Percy Jackson) y me gustó bastante. Y otra amiga me dejó el de El clan del oso cavernario, pero ufff... con este no pude xD
Un beso! :3
¿Pues sabes que yo no he leído nada de Agatha Christie? Me da hasta vergüenza reconocerlo...
EliminarBueno, nunca es demasiado tarde para darle una oportunidad ;)
EliminarPues yo disfruté muchísimo de Tirant lo Blanc, quizá porque tuve una profe enrollada que nos hacía imaginarnos las escenas en plan comedia. Me reí un montón con el libro. :)
ResponderEliminarY ahh, La quinta ola me encantó y requeteencantó <3
Me encanta tu top :) Muy buena seleccióń :)
ResponderEliminarSigo tu precioso blog y espero que hagas lo mismo con el mio www.gabusiek.blogspot.com
Un beso grande
¡Gracias por seguir al Cajoncito! ♥
Eliminar¡Bienvenida! ¡Me alegra que te guste el Cajoncito! :D
ResponderEliminarEn general, las lecturas impuestas por la escuela han sido afortunadas. Algunas de ellas las disfruté, otras las detesté; pero casi como regla general terminaba apreciándolas con el tiempo, dándoles una segunda o tercera oportunidad. Ahora puedo recordar con cierto rubor que, hace ya muchísimo, rehuía de la poesía o de las novelas costumbristas, de las bucólicas. Incluso tenía un rudo prejuicio por la literatura juvenil. Por una u otra circunstancia de vida -trabajo, escuela, aburrimiento, curiosidad, apuestas- terminé leyendo un poco de todo eso y, si bien no siempre fue revelador, aprendí una que otra cosa. Y eso nunca tiene desperdicio.
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