Si hay algo que siempre me ha fascinado y atraído son los musicales y el teatro musical. Y, de hecho, este es uno de los motivos por los cuales me gusta tanto el canal de YouTube de Carrie Hope Fletcher, una actriz y cantante británica que muestra a través de sus vídeos su día a día entre bambalinas. Durante tres años hizo de Eponine en Los Miserables (papel en el que tuve la fortuna de verla) y, posteriormente, ha pasado también por La guerra de los mundos, Chitty Chitty Bang Bang y La familia Addams.
Hace unos meses anunció su nuevo trabajo: interpretaría a Veronica Sawyer en la nueva producción de Heathers. Confieso que por aquel entonces yo no conocía este musical ni de dónde surgía. Por curiosidad busqué algunas canciones y me enganché a Dead Girl Walking, luego a Candy Store, Freeze Your Brain, Beautiful, Meant To Be Yours, etc. Y finalmente llegué a la película que lo originó todo.
¿Me permitís que os cuente muy brevemente la historia? (Si ya la conocéis podéis saltar hacia más adelante para leer mi opinión sobre el musical.) (Si queréis, claro.)
Heathers es una película que se estrenó a finales de los ochenta y que está protagonizada por Winona Ryder y Christian Slater. Veronica Sawyer (Winona Ryder) es una adolescente que se codea con el trío de chicas más popular del instituto, las cuales además comparten el mismo nombre de pila: Heather Chandler (Kim Walker), Heather Duke (Shannen Doherty) y Heather McNamara (Lisanne Falk). La llegada de un nuevo estudiante, JD (Christian Slater), será el detonante de una serie de sucesos que trastocarán la vida de los estudiantes del Instituto Westerberg.
Una vez vista la película, entendí rápidamente de dónde surgió la idea de futuras producciones como Chicas malas. Aún así, aunque en un comienzo Heathers (2004) se plantea como una comedia de instituto más, pronto se vuelve mucho más oscura y salvaje cuando algunos estudiantes empiezan a aparecer muertos.
En 2010 Andy Fickman convirtió la película en una obra de teatro musical. Se hicieron varios workshops en Los Angeles e incluso tres conciertos en Nueva York. En 2014 el musical fue llevado a Off Broadway, donde lideraron la producción Barret Wilbert Weed (Veronica Sawyer), Ryan McCartan (JD), la maravillosísima Jessica Keenan Wynn (Heather Chandler), Alice Lee (Heather Chandler) y Elle McLemore (Heather McNamara). Fue precisamente con el reparto de esta producción con el que se grabó la banda sonora que hay hoy disponible.
Este mes de abril se anunció que el musical llegaría a Londres, con un nuevo reparto e incluso algunas canciones nuevas. Esta nueva producción ha tenido tanto éxito que, a pesar de que en un comienzo solo iba a estar ocho semanas en el teatro The Other Palace, finalmente en septiembre fue transferido al West End, donde estará doce semanas más.
Como comentaba al comienzo de esta entrada, yo conocí el musical en abril, cuando se hizo público que Carrie Hope Fletcher participaría en esta producción y me enamoré inmediatamente de la banda sonora. O, siendo honesta con vosotros y conmigo misma, me obsesioné. Empecé a tantear a mi novio y a proponerle una escapada a Londres, a sabiendas de que tenía muy pocas (por no decir nulas) probabilidades de conseguirlo porque este año también nos esperaba una importante mudanza. En definitiva, era el peor momento posible. Aún no sé cómo lo hice, pero al final lo convencí y el domingo 10 de junio compré las entradas. A mi pobre novio no le gustan demasiado los musicales, así que os podéis imaginar lo pesada que debí de ser.
Tras cuatro meses en los que prácticamente solo escuché la banda sonora del musical, vi todos los vídeos (profesionales y amateurs) y covers relacionados con la obra que hay disponibles en YouTube, el viernes 3 de agosto nos fuimos mi novio y yo a Londres. Veríamos el musical el día siguiente, el sábado 4 de agosto, que además era la última función de la producción en el teatro The Other Palace antes de transferirse al Theatre Royal Haymarket en septiembre.
Sabía que la obra me iba a gustar, pero esta producción de Heathers resultó ser todo lo que podría haber soñado y más, mucho más. Por supuesto, la historia ya la conocía, y uno de los aspectos que más me gusta de esta obra es cómo el tono se va oscureciendo y volviendo más salvaje, sin perder en ningún momento el humor.
Creedme si os digo que no podrían haber encontrado un reparto más acertado. A riesgo de sonar como una fangirl, Carrie Hope Fletcher me parece una brillante cantante y actriz que bordó el papel —nada fácil, por cierto— de Veronica. Sin embargo, salí igual de enamorada de sus compañeros de reparto y elenco. Me sorprendió muchísimo Jamie Muscato y cómo progresivamente iba dejando entrever el lado más oscuro de JD. Jodie Steele le otorgó muchísima personalidad al personaje de Heather Chandler, me gustó mucho el toque de humor que le da a esta «mythic bitch». No podría estar más contenta también con el trabajo de T'Shan Williams y Sophie Isaacs como Heather Duke y Heather McNamara. Me sorprendió especialmente esta última, y cómo transmitió la dulzura y el humor en su papel. Aún se me encoge el corazón cuando recuerdo la estremecedora interpretación de Kindergarten Boyfriend de Jenny O'Leary (Martha). Y, finalmente, no podría olvidarme de Dominic Andersen y Chris Chung como Ram y Kurt: la química y la compenetración que tienen estos dos actores es sencillamente hilarante (fan absoluta de #Kram, vaya).
Como imaginaréis, fue un verdadero sueño poder escuchar en directo esas canciones que tantas semanas llevaban acompañándome en mi día a día. Me emocioné cuando empezaron a sonar las primeras notas de Beautiful y cuando las tres Heathers hicieron su primera aparición rompí a llorar de manera desconsolada. ¿Y lo emocionante que fue la primera aparición de Carrie con su chaqueta azul ante el vitorío de todo el público? Es que madre mía. Candy Store fue sencillamente épica y no tengo palabras para lo que supuso Dead Girl Walking (ya me gustaría, pero de verdad que me dejó muda).
Querría dedicar unas líneas a las canciones nuevas, porque, es que a ver, ¿cómo son tan buenas? Aunque para mí hay una que sobresale y es Never Shut Up Again: por fin Heather Duke tiene su canción, y menuda canción y menuda ella. Lamentablemente no puedo contar nada sin desvelar elementos importantes de la obra, pero en esta canción hay un giro que no me esperaba y que casi consiguió que me cayera de la silla.
Hay un elemento del que aún no he hablado y que, sin embargo, es muy característico de este musical. Si por lo general cuando vas al teatro el público es siempre pasivo (observa en silencio), digamos que Heathers se asemeja más a un concierto de rock. El público anima, aplaude y vitorea; es un personaje más. Y es maravilloso, crea una atmósfera vibrante y entusiasta.
No solo eso, sino que, además, y debido al fenómeno que rodea este musical, es muy frecuente que los asistentes vayan disfrazados como los personajes o vestidos con los colores representativos de este musical: el rojo (de Heather Chandler), el verde (Heather Duke), el amarillo (Heather McNamara) y el azul (Veronica). Una servidora se animó a ir con un coletero azul: mucho más sutil, pero me sentí igualmente integrada. Je.
En definitiva, poder ver Heathers en directo fue un sueño hecho realidad. Me dejó una fuerte resaca, pero eso solo es señal de lo maravillosa que fue la experiencia. No canviaría nada de esa noche.
¿Vosotros conocíais el musical o la película?
P. D: Este 2018 se ha estrenado en HBO Heathers, una serie basada en la película. Decidí verla en plena resaca del musical, así que quizá algún día decida hacer una entrada sobre ella.